No hay nada como avanzar... Sí, eso dicen. A mí me habría encantado no haberlo hecho y haber estado siempre, siempre, siempre en preescolar. Puede que penséis que soy estúpida o que tengo algún trastorno enfermizo pero no, soy muy infantil.
No hay nada como el olor de la cola, que nos traía nuestra profe, metida en un bote de colacao sin etiqueta... con la cual pegábamos todas las cosas con ayuda de una brocha gorda. Ese olor no se me irá nunca jamás.
No hay nada como el olor de la cola, que nos traía nuestra profe, metida en un bote de colacao sin etiqueta... con la cual pegábamos todas las cosas con ayuda de una brocha gorda. Ese olor no se me irá nunca jamás.
Tampoco hay nada como la sensación que te daba cuando te decían '¡Hoy vamos a jugar con plastilina!' y todos nos poníamos contentos ya para todo el día. O el típico punzón, para ir punzando el contorno de las cosas que queríamos "recortar" con el corcho debajo. ¡Qué etapa más buena de mi vida!
O el sitio de descanso para el que ya había terminado todas las tareas, las mini mesitas y sillitas. Es que todo era perfecto ^-^ Como estar en un sueño creado por mí misma.
A veces me gustaría seguir estando allí, al menos como profesora... comprarle todas esas cosas a "mis niños" darle todos los caprichos y oportunidades para que se inicien en esta dura vida.
Y poder hacerles tan felices como una vez me hicieron a mí, allá por el año 1996.
No hay comentarios:
Publicar un comentario